Pumi
El Pumi es una raza de perro pastor de tamaño mediano originaria de Hungría. Se caracteriza por su cuerpo compacto y musculoso, con patas ágiles y una cola rizada sobre la espalda. Su cabeza es pequeña y proporcionada al cuerpo, con un hocico corto y ancho y unas orejas pequeñas y caídas. Sus ojos son grandes y expresivos, y su pelaje es rizado y de doble capa, de color blanco, negro, gris o marrón. El pelaje del Pumi es una de sus características más distintivas. Es rizado y de doble capa, lo que le da un aspecto lanudo y resistente. Requiere un cepillado regular para evitar enredos y mantener su brillo.
Pumi
El Pumi puede ser muy protector con su propia familia pero siempre reservado con los que no conoce, así que la socialización debe comenzar desde el principio de su vida. Se trata de una raza viva y activa, inteligente y que ladra fácilmente. Son moderadamente fáciles para entrenar sobre todo utilizando juguetes y comida.
Caracteristicas
Altura a la cruz: Machos: 41 – 47 cm, .
Hembras: 38 – 44 cm,
Peso: Macho: Entre 12 Kg y 13 Kg
Hembra: Entre 10 y 11 Kg
Promedio de vida: De 12 a 13 años
Carácter: Tenaz, inteligente, alerta, incansable y muy valiente
Aptitudes: Perro pastor, de vigilancia y compañía
Grupo FCI: Grupo I – Perros de pastor y perros boyeros (excepto perros boyeros suizos), Sección 1: Perros de pastor
Necesidades del espacio: Aunque se adapte perfectamente a vivir dentro de casa Le viene un jardín o campo grande para practicar deporte y otras actividades al aire libre para quemar energía, ya que puede volverse ansioso, ladrador y destructivo si se aburre.
Relación con los niños:
Origen: Hungría
Galería de fotos
Personalidad
El Pumi es un perro inteligente, activo y leal. Es una raza ideal para familias con niños, ya que es paciente, tolerante y protector. Son perros muy juguetones en su etapa de cachorro, pero se vuelven más tranquilos a medida que maduran. Son perros inteligentes y fáciles de entrenar, aunque pueden ser un poco obstinados en ocasiones. Su pelaje requiere un cuidado regular, con un cepillado al menos dos veces por semana para evitar enredos.