

Los juguetes interactivos son actualmente una de las mejores herramientas con las que contamos para educar y desarrollar a nuestro perro. Se pueden utilizar también para otros animales como gatos y hurones.

Para que funcione de forma efectiva, es conveniente tener en cuenta dos precauciones. La primera es no elegir un juguete demasiado pequeño para nuestro perro, ya que podría tragárselo, y la segunda es que si le dejamos jugando con el juguete en un lugar donde se pueda esconder bajo algún sitio, como por ejemplo un sillón, se volverá en nuestra contra porque no parará hasta volver a recuperarlo. Para evitar estos problemas, podemos utilizar una cuerda y atarlo en algún lugar apropiado o tapar las zonas por donde se pueda colar. Existe otro juguete interactivo con forma de bola que también nos puede servir para entretener a nuestro perro. El inconveniente es que a algunos perros no les cabe en la boca y tienen que descubrir que para sacar el alimento hay que hacer rodar la pelota. Puede que nos cueste un poco más crearle interés por este tipo de juguetes.
Hay otro tipo de pelota que tiene más ranuras, esta nos brinda más posibilidades a la hora de introducir la comida y contribuye a mantener limpias sus encías (al introducir los dientes en las ranuras para obtener la comida). La forma de rellenarlos es sencilla. Primero se introduce un alimento irresistible para nuestro perro, que no pueda sacar (inaccesible) pero que llame mucho su atención, que sepa que el juguete siempre tiene comida; a continuación colocaremos su comida habitual y opcionalmente lo podemos acompañar con algo que lo haga más atractivo y difícil de sacar. Al final pondremos premios de fácil acceso para que los consiga con rapidez y continúe jugando sin desmotivarse.
Al principio, el contenido que preparemos debe ser de fácil acceso para nuestro perro, así lograremos interés por el juguete, para ir complicándolo poco a poco con distintas mezclas de alimentos que prolonguen el tiempo de juego y potencien su ingenio. Con nuestros cachorros lo podemos utilizar desde pequeños para darles su ración de pienso y conseguir "engancharles" a este tipo de juguetes de forma temprana. Existen multitud de recetas para rellenarlos, pero lo más conveniente es adaptarlas introduciendo alimentos que gusten a nuestro perro y por supuesto que no perjudiquen su salud. La base del relleno debe ser su comida habitual (normalmente pienso seco) y algún premio especial para conseguir su interés. Con este tipo de juguetes se están abriendo nuevas posibilidades para estimular a los cachorros y desarrollarlos de forma adecuada para que, posteriormente tengan mayor predisposición para el aprendizaje.
Fuente www.lealcan.com