

En realidad se trata de una oclusión del ojo por inflamación y endurecimiento de los parpados, que terminan por convertirse en un estuche de imposible abertura.
El ojo no suele ser afectado, pero la ceguera funcional se produce por quedar encerrados bajo dicho estuche.
La ceguera de las tortugas domésticas es el problema más frecuente en el mantenimiento de estos simpáticos reptiles siendo las tortuguitas de menos edad las más propensas a padecerlo.
En realidad se trata de una oclusión del ojo por inflamación y endurecimiento de los parpados, que terminan por convertirse en un estuche de imposible abertura.
El ojo no suele ser afectado, pero la ceguera funcional se produce por quedar encerrados bajo dicho estuche.
Las causas son varias, y se van sumando unas a otras. Es cierto que influye el agua del grifo, rica en cloro, y que la situación puede mejorar utilizando agua sin clorar o tratada con anticloro, pero además, puede intervenir la carencia de vitamina A y la infección por ciertos hongos.
El empleo de vitamina A en forma compleja A-D-E, en inyección bajo la cola, o en gotas absorbidas en el borde del pico, unida a la aplicación tópica de una pomada, puede mejorar el cuadro y, en ocasiones, conseguir la curación.