Un pelo sedoso y brillante, en la mayoría de los casos es el principal indicador de un buen estado de salud en un perro.
Así como los ojos son el espejo del alma de las personas, en los perros el pelo es el reflejo de su estado de salud; por eso es muy importante que dediques tiempo para colaborar con ese bienestar. El baño y el cepillado son los principales motores para lograr esto.
Algunos perros, al llegar la hora del baño, suelen ponerse agresivos y resistirse al contacto con el agua, es importante que no cedas a sus llantitos y cumplas responsablemente con tu labor. Trátalo con mucha paciencia y delicadeza pero no permitas que decida él cómo se hace, ni cuánto tiempo dura.
Si aún no le has dado el primer baño, cuando lo hagas intenta que tu mascota comprenda que lo que vas a hacerle no es malo para ella. Ten en cuenta que si él tuviera una experiencia negativa relacionada con el baño es probable que cada vez que desees bañarlo dicha tarea sea más complicada.
“Con un poco de cariño y comprensión de tu parte se acostumbrará rápidamente a la rutina del baño y del cepillado, así como a los objetos como el peine, el cepillo, la toalla y el secador de pelo”.
El Cepillado
Es importante que cepilles a tu mascota como mínimo una vez a la semana. Quizás las primeras veces sea una tarea dificil, pero con el correr del tiempo, si logras que el animal se familiarise con el cepillo, es probable que hasta le guste.
Una buena técnica es utilizar premios cada vez que concluyas esta tarea; en un período corto de tiempo, tu mascota podrá relacionar dicha actividad con sabores que le gustan y comenzará a tomársela de otra manera.
Mientras lo cepillas aprovecha para revisar de pe a pa su cuerpo y para encontrar posibles “malos visitantes” (pulgas, garrapatas, etc).
La mejor manera de cepillar a tu perro es comenzar por la cabeza y peinando hacia abajo recorrer lentamente todo su cuerpo: la cola, las patas, prestando especial atención a las zonas más peludas, sobre todo el cuello. Y, luego, con un cepillo de cerdas suaves, retirar los pelos sueltos que pudieran quedar.
El baño
Cuando bañes a tu perro procura que el agua esté templada, sobre todo en invierno, y asegúrate de que el animal no tome frío después del baño. Lo ideal es que se mantenga en un lugar cálido hasta que esté completamente seco.
Un buen método para que tu mascota no salga huyendo mientras estás duchándolo, es preparar antes de comenzar todo lo que vayas a necesitar y recién cuando tengas todo comenzar con la tarea.
Conviene realizar el baño comenzando de atrás hacia adelante, dejando la cabeza para el final; y al llegar a esta ten especial cuidado en sus oídos y ojos. Utiliza para esta tarea mucha agua a fin de eliminar muy bien el champú del cuerpo.
El Secado
Probablemente ya sabrás que los perros son muy colaboradores en esta etapa. Debes permitir que el tuyo se sacuda bien después del baño ya que a ellos les gusta mucho hacerlo. Además, eso le quitará la mayor parte del agua. Luego, puedes secarlo con una toalla limpia. También puedes utilizar para complementar un secador de pelo (al nivel de temperatura más bajo y que el aire no sea caliente), ayudándote con el cepillo para acelerar el secado.
Importante
No te olvides que los cachorros menores a 12 semanas no deben bañarse. Por lo menos debes esperar a terminar el primer ciclo vacunal.