Una mascota es algo precioso pero, a fin de evitar trastornos que afecten nuestra salud o la ella, es necesario que tomemos precauciones en cuanto a la higiene del hogar.
La presencia de una mascota en la casa trae muchas responsabilidades que no podemos dejar pasar por alto si queremos llevar una vida sana y saludable y proveer a nuestra amiga de la misma calidad de vida que deseamos para nosotros.
Una de esas responsabilidades es la higiene y debe recordarse siempre que ésta encierra no sólo la de nuestra mascota en sí, sino también de su entorno que, en la mayoría de los casos, es nuestra casa.
Para lograr desarrollar una grata convivencia con nuestro perro es necesario que pactemos una serie de normas, necesarias para la salud mental de ambos, y enseñemos a éste que las cumpla a la vez que nosotros también lo hacemos.
Es importante que tengamos en cuenta que nuestro perro, al igual que nosotros, debe hacer sus necesidades y no debemos destinar para ello un espacio de nuestra casa pues es un foco de bacterias que pueden dañar la salud de los que habiten el hogar. Es muy importante, que eduquemos a nuestra mascota a ir al baño fuera de la superficie de nuestro hogar.
Consejos para después del paseo
Es importante que al regresar del paseo, limpiemos las almohadillas de nuestro perro donde generalmente se acumulan restos de polvo y barro que pudiera pisar durante la salida. Esto podemos hacerlo con un trozo de tela o una bayeta exclusiva para él que hayamos limpiado y desinfectado previamente. Es éste un buen momento para observar las patitas de nuestra mascota por si hubiera podido clavarse alguna espinilla que pudiera hacerle daño. Además podemos limpiarle con una toallita húmeda el morro, el ano y el órgano urinario para evitar la acumulación de suciedad. Recuerda también que debes mantener higienizada la zona donde tu perro come, con los platitos limpios, sin restos de comida y libres en lo posible, de bacterias.
La presencia de una mascota en nuestro hogar puede ser motivo para que más a menudo estemos controlando la higiene de la casa y estemos pendiente de la acumulación de polvo y pelos. Desde ya, no hay que pensar en que un perro es algo “sucio” como muchos consideran, es simplemente menos higiénico que nosotros, no se lava las manos para comer, no puede bañarse solo, etc, pero si nosotros lo cuidamos y nos encargamos de mantenerlo limpio, aseado y libre de gérmenes no tenemos de qué preocuparnos.
Además es muy importante que sepamos que la presencia de una mascota en la vida de una familia puede ser un signo sumamente positivo, que incentive a la unión de sus miembros y que además colabore de manera muy positva con la educación de los pequeños de la casa.
Si dudabas en adoptar una mascota porque tienes niños y pensabas que podría ser perjudicial para su salud te diré una cosa. Un perro al que se lo quiere, asea y mantiene educado y prolijo no tiene por qué causar problemas. Pero recuerda que para lograr esto es necesario que le dediques mucho tiempo y le des amor, si cumples esta regla, entonces tendrás un integrante nuevo en la familia que sólo te traerá dicha.
