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10 Reglas para la convivencia agradable con nuestro perro

Educar a un perro no es esperar que cometa un error, para luego corregirle. Eso crea frustración y miedo en el perro.
Educar es evitar que el perro cometa errores y premiarle mientras se porta bien. A continuación te indicamos 10 reglas para la convivencia agradable con nuestro perro.

Lealcan AdiestramientoCALMA Y COHERENCIA. Nunca pierdas el control sobre ti mismo, intenta que tus acciones y reacciones siempre sean coherentes y de forma decidida. Actúa de manera calma y coherente. No grites y no uses el castigo físico. Se consecuente en tus reglas. Si se establecen, se deben mantener sin cambios.

IGNORA EL MAL COMPORTAMIENTO Y PREMIA EL BUENO CON ATENCION. ‘Ignorar’ significa ningún contacto con el perro, sea físico, verbal o visual. El perro intenta conseguir nuestra atención con el mal comportamiento, el peor ‘castigo’ para él será, pues, que le ignoremos.

En caso de que el perro haga sus necesidades en casa, es imperativo que lo ignoremos, que él no nos vea prestar ninguna atención a su ‘regalo’. Limpiaremos el suelo aprovechando que otro miembro de la familia saca el perro a la calle para evitar que éste note algún interés por nuestra parte.

Hablando de cachorros, es muy importante no regañarle al cachorro cuando hace pis en sitios donde no debería hacerlo. Hasta los seis meses le resulta difícil controlar su vejiga. Aprenderá más rápido si le enseñamos alegría y premiamos con comida, cuando lo hace en un sitio adecuado. Para eso, se le lleva (en brazos) a la calle, nada más despertarse y después de comer y beber, y se le coloca en siempre el mismo sitio. Allí va a hacer pis, ya que después de haber dormido tendrá ganas. Se le premia con un poco de comida y después le damos su paseo. Así el perro aprende a hacer sus necesidades en el principio del paseo y no asocia el hacer pipi con tener que volver a casa. Y lo más importante: no estresarse con el tema. Todos lo aprenden.

Lealcan AdiestramientoNO SALUDAR EFUSIVAMENTE AL PERRO AL VOLVER A CASA. Sin no queremos que el perro salte o se nos suba encima, al volver a casa, no podemos saludarle de manera efusiva al entrar por la puerta. Si entramos sin hacerle mucho caso al perro, él aprenderá dos cosas: en la puerta ‘no se saluda’, sino mas tarde, y se saluda de manera tranquila, sin saltar.

NO DESPEDIRSE DEL PERRO AL SALIR DE CASA. Le puede crear estrés, ya que nosotros damos mucha énfasis a la salida de casa. Si nos vamos sin despedirnos o mostrarnos triste, como si marcharnos solos fuera la cosa más normal del mundo, el perro no se pondrá ansioso por nuestra ausencia. Si hay que dejar a un cachorro unas horas solo, durante el día, es mejor no dejarle toda la casa abierta, pero dejarle en una habitación segura, donde no puede destrozar nada en su fase de ‘mordisquearlo todo’.

LA COMIDA. Intentemos hacer la hora de la comida divertida para el perro. Se puede usar el pienso como premios para practicar unos ejercicios o habilidades con él. Podemos ‘esconder’ la comida en diferentes habitaciones, y dejar que el perro la busque. Así logramos cansar al perro mentalmente y físicamente. Y además, se puede llenar un juguete interactivo como el KONG con pienso remojado, para estimular el perro a entretenerse un rato, mordiendo un objeto ‘permitido’.

Para practicar la llamada desde el primer día, recomiendo repetir la palabra elegida cada vez, que le damos al perro su comida en su plato. Así aprende que al escuchar ‘AQUÍ’ tiene que venir corriendo porque vamos a darle algo rico para comer.

LOS JUGUETES. El perro no debería tener todos sus juguetes a su alcance. Los juguetes son nuestros y los ofrecemos al perro durante periodos determinados del día, cuando nosotros iniciamos un juego interactivo con el perro. El juego debe siempre ser iniciado y terminado por nosotros, y debe ser educativo. Los juguetes también se pueden usar como premio en los ejercicios como el ‘ven’ o el ‘busca’. En vez de simplemente tirar la pelota, la podemos esconder y hacer un pequeño juego de rastreo con nuestro amigo. Los únicos juguetes que son ‘propiedad’ del perro son los interactivos o masticables (hueso de piel, Kong, etc.)

EL PERRO NECESITA UN TRABAJO. Cada miembro de una manada ‘natural’ tiene, además de un puesto, un trabajo, sin este trabajo se sentiría inútil. Debemos darle un trabajo a nuestro perro para enseñarle que es un miembro útil y valorado de la familia. Este ‘trabajo’ puede ser buscar cosas escondidas en la casa, recoger objetos ‘caídos’ al suelo, acompañarnos a la compra, y – por supuesto – acompañarnos en nuestros largos paseos diarios.Cada perro tiene un ‘trabajo’ preferido, según su tipo y su temperamento.

Una de las ventajas del cachorro es que está biológicamente ‘programado’ para aprender muchas cosas en poco tiempo. Si lo hacemos bien, y le enseñamos con refuerzo positivo y alegría, en secuencias cortas de pocos minutos, educaremos a un perro que nos pide aprender y trabajar. Depende de nosotros ahora, guiar el cachorro hacia ser un perro educado, contento con su ‘puesto’ en el equipo.

Lealcan AdiestramientoEL ‘SITIO’ DEL PERRO. El perro es un mamífero altamente sociable que necesita vivir en grupo. La evolución le ha hecho así y si le condenamos a una vida solitaria, siempre sufrirá y mostrará comportamientos poco normales para su especie. A mí personalmente me parece muy importante que el perro durante su infancia pueda dormir en el dormitorio, al lado de la cama de su dueño.

Al separarle de sus hermanos, el cachorro se queda completamente sólo por primera vez en su vida. Esto es antinatural, ya que en una vida más natural, el cachorro no se llega a despegar de su camada hasta que cumple unos seis meses de edad. Por eso es importante que le demos al cachorro la seguridad de no estar sólo, por la noche. Para no causarle trastornos de miedo o ansiedad.

Lo mejor es acostarle en un transportín con una manta, al lado de la cama. Así, cada vez que el cachorro muestra miedo, podemos bajar la mano, sin acariciarle, ni hablarle, pero dándole la seguridad de nuestra presencia. De esta forma también hay más control sobre el cachorro. No llegará a destrozar nada durante la noche, andando libremente por casa.

También se le puede controlar muy bien a la hora de tener que hacer pis o caca, ya que en su cama no lo hará. Nos pedirá levantarnos para llevarle a su sitio, donde – al haberlo hecho allí – le podemos premiar y así establecer un sitio fijo para estas cosas.

CUIDADOS. Cepillado: Es muy importante practicar el cepillado diario ya mientras los perros sean pequeños. Cogemos un cepillo muy suave y en la fase tranquila del perro, cuando está cansado y quiere dormir, justo después del juego, le pasamos durante muy poco tiempo el cepillo, hablándole suavemente y dándole premios.

Veterinario: Recomiendo hacer visitas frecuentes a la cl&iac
ute;nica veterinaria, sin hacerle nada al cachorro. Solamente entrar en la clínica, saludar al veterinario y darle un premio al perro. Así aprende que ir al veterinario no significa nada negativo y no cogerá miedo al sitio.

Paseos: Los paseos de un cachorro deben ser cortos y frecuentes, para estimularle a hacer sus necesidades en la calle. Calculamos aproximadamente 5 minutos de paseo por mes de vida del cachorro, en cada de los 6 o 7 paseos diarios.

A partir de los 8 meses podemos ya alargar los paseos y el perro adulto debe tener unos 5 paseos diarios, dos de ellos de entre 30 minutos y una hora, y tres de ellos un poco más cortos.

Durante los paseos con el cachorro, desde el primer día, tenemos que educarle a no tirar de la correa. Los perros no tiran de la correa, sino que lo aprenden. Se lo enseñamos nosotros. Cuando el cachorro es pequeño, nadie se preocupa por que tire, ya que es pequeño y no tiene mucha fuerza. Pero es ahora que lo aprende, para toda la vida.

Lo que aprende ya a muy temprana edad es: ‘Para llegar a un sitio, tengo que tirar de la correa. Cada vez que tiro mucho, consigo llegar donde quiero ir.’ Además, nosotros también tenemos mucha tendencia de tirar de la correa, para llevar el perro de un sitio a otro, o para conseguir que deje de oler en un árbol. Desde muy temprano nuestros perros aprenden que la correa es para tirar de ella desde ambos extremos.

Luego, cuando el perro crece y se hace más fuerte, nos damos cuenta del problema que tenemos. Le culpamos a él y le castigamos – por algo que nosotros le hemos enseñado. Usamos collares de estrangulamiento o con pinchos para ‘quitarle esa manía’, o simplemente aguantamos y dejamos que el perro se haga serio daño en las partes sensibles del cuello (tráquea y cervicales) a lo largo de los años.

Durante los primeros paseos del cachorro, es mucho más fácil pararnos cada vez que notemos que la correa se tensa, y solamente seguir adelante cuando la correa está floja.

EL CACHORRO Y EL COCHE. Desde el principio debemos acostumbrar al cachorro a ir en coche, ya que le puede dar miedo o incluso se puede marear. La manera de viajar más segura y cómoda para el perro es en su transportín. Es un espacio reducido. Evita que el perro se tenga que agarrar en las curvas y es un sitio que él ya conoce.

No recomiendo llevar el perro en coche solamente para llevarle al veterinario, ya que al poco tiempo no se querrá subir.

Es mejor llevarle cada día durante cinco minutos hasta un parque y darle un paseo allí. De esta manera, asociará pronto el coche con actividades agradables.

Tenemos que recordar que nuestro fiel amigo nos va a acompañar durante muchos años. Si desde el principio le educamos bien con la ayuda de algunas sencillas pautas, tanto nosotros como el perro disfrutaremos plenamente de la convivencia perro-humano.

 
Lealcan Adiestramiento

 

 

Autora: Christiane Steck
Adiestradora de LealCan
www.lealcan.com

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