

Tras aver comprobado la efectividad de esta unidad en las calles, Bilbao aumenta el numero de perros adiestrados. Desde hace dos años, los perros patrullan por Indautxu y Casco Viejo, y más recientemente por Deusto. Participan en una media de entre quince y veinte intervenciones diarias.
Dicen que el perro es el mejor amigo del hombre.La unidad canina de la Policía Municipal de Bilbao lo ha constatado durante veinte años trabajando con canes adiestrados para tareas de seguridad ciudadana. El buen resultado de sus actuaciones ha propiciado la decisión de cuadruplicar la plantilla perruna, que ha pasado de seis a 25 animales en cuatro años.
Ahora, además de patrullar por zonas conflictivas, pasean su olfato por los barrios comerciales de Bilbao paralizando de miedo a los ladrones. Y, llegado el caso, con algún mordisco. "Con dos agentes y un perro puedes identificar hasta cinco y seis sospechosos a la vez.
El rendimiento que nos proporcionan los canes es muy elevado", indicó ayer el responsable del Área de Seguridad Ciudadana, Eduardo Maiz, durante la inauguración de la ampliación de las instalaciones de la unidad canina en el monte Kobeta.
Desde hace dos años, los perros patrullan por Indautxu y Casco Viejo, y más recientemente por Deusto. Participan en una media de entre quince y veinte intervenciones diarias. No en vano, son los agentes que más trabajan: dos de cada tres turnos. Las ocho horas restantes regresan a comisaría, donde disponen de casetas y zonas de esparcimiento individuales para descansar. Estas instalaciones se ubican junto al monte Arraiz, donde los perros corretean a sus anchas bajo la atenta mirada de sus guías.
"Imponen más" Durante dos décadas, las labores de prevención con canes se desarrollaron positivamente en la calle San Francisco y alrededores. Un perro al lado de los agentes "impone mucho más que dos policías solos" en un barrio donde los delincuentes no siempre respetan a la autoridad, reconoce uno de los guías de estos animales.
La sumisión del animal a las órdenes del agente y su imperturbabilidad entre el gentío son características fundamentales que han permitido a la Policía salir a patrullar con canes en zonas de aglomeraciones humanas. "Los perros son potentes elementos disuasorios ante potenciales delincuentes y dan una sensación de seguridad a la población", dice Maiz.
La unidad cuenta hoy con 19 pastores alemanes y seis pastores belgas Malinois, raza que destaca por su agilidad y velocidad. En la mañana de ayer, seis perros realizaron una exhibición en las instalaciones de Kobeta. Uno de los adiestradores hizo de malhechor, recubierto con ropa protectora para evitar mordiscos. "Aunque, a veces, incluso traspasan las protecciones", aseguró el responsable del pase. Mientras los canes que no salían a escena obedecían dócilmente a sus dueños, agradecidos por las constantes caricias que recibían, los protagonistas de la acción actuaban con seguridad y fiereza: saltaron cinco vallas juntas, entraron por la ventanilla de un coche para atrapar al caco, despistaron al malhechor para aplacarle por el costado… "El coste económico es importante, pero los resultados son muy buenos. Por eso hemos potenciado esta unidad", concluyó el concejal. Como resultado de esta apuesta estratégica, el Ayuntamiento de Bilbao ha ampliado las instalaciones de la unidad canina.
De una zona de esparcimiento, los canes han pasado a tener disponibles un total de dieciocho, que comprenden quince zonas individuales, un campo de entrenamiento de 2.000 metros cuadrados, treinta casetas de perro individuales con zona interior cubierta y una zona exterior de 50 metros cuadrados y oficinas, sala de operaciones, comedor y vestuario. También han construido un edificio que aumenta la superficie útil de la comisaría hasta 480 m2. En total, 6.500 m2 "en un terreno vallado perfecto para el sosiego y el inicio del trabajo de los perros", indicó el concejal de Seguridad Ciudadana.
Además, las instalaciones se encuentran cerca del monte Arraiz, donde los agentes van a pasear, correr y jugar con los perros. "No hay que olvidar que, de esta manera, el perro consigue acostumbrarse al trato de las personas, pero sin perder la agresividad que su guía le exigirá en momentos oportunos".
El responsable de la unidad, Bene Almaraz, se muestra orgulloso y satisfecho del trabajo que realizan. "Éste es un trabajo exigente y los perros aguantan muy bien". Los canes aguantan entre nueve y trece años al pie de calle.
Fuente http://www.deia.com