

El gato tuvo en su pasado una vida libre, sin ataduras, por lo que su comportamiento es el fiel reflejo de un instinto que todavía sigue muy vivo en él.El gato disfruta haciendo lo que quiere en cada momento, por eso es un animal independiente.Los gatos responden instintivamente a ciertos estímulos incluso cuando aún no han abierto los ojos: si se les toca o molesta pueden bufar, buscan el calor etc. Los instintos son un conjunto de reacciones reflejas que se traducen
El gato tuvo en su pasado una vida libre, sin ataduras, por lo que su comportamiento es el fiel reflejo de un instinto que todavía sigue muy vivo en él.
El gato disfruta haciendo lo que quiere en cada momento, por eso es un animal independiente.
Los gatos responden instintivamente a ciertos estímulos incluso cuando aún no han abierto los ojos: si se les toca o molesta pueden bufar, buscan el calor etc. Los instintos son un conjunto de reacciones reflejas que se traducen en una norma de comportamiento estereotipada, son conductas innatas que aparecen desde el momento en el que hay un estímulo.
EL INSTINTO CAZADOR DE LOS GATOS
El instinto cazador existe en todos los gatos. Sin embargo, algunos experimentos han demostrado que aquellos gatos que no han sido iniciados en la caza por otros gatos, no desarrollan la habilidad para matar a su presa. Así, muchos gatos domésticos, aunque veamos que cazan lagartijas, pájaros etc puede que no sepan matar sus capturas:
Las madres no cazadoras suelen enseñar las habilidades de caza, pero no a matar sus presas.
Las madres cazadoras enseñan las habilidades de caza a sus descendientes incluyendo cómo matar a sus presas. A los cuarenta días de su nacimiento, los gatitos comenzarán con su aprendizaje. Lo primero que hace una madre es comerse a una presa muerta, previamente cazada, delante de sus hijos. Después llevará a los animales todavía vivos y los matará ante sus crías. Más tarde les permitirá participar en la caza y asestar el golpe definitivo a la presa. El cazar es algo totalmente natural en los gatos y tiene lugar incluso cuando son alimentados en casa. Disfrutan con ello, lo han heredado de sus antepasados.
Si el gato vuelve a casa con su presa y la presenta a su dueño, posiblemente la razón es que desea una felicitación por su proeza. No tiene sentido castigar al gato por este motivo ya que es un comportamiento profundamente enraizado en el animal. Algunos instintos felinos se han perdido con la cría y tantos años de domesticación han cambiado al gato convirtiéndole en un animal casero, diferente de sus ancestros. La intervención humana desde su nacimiento limita las posibilidades de desarrollar los instintos totalmente, pero conservan muchos de ellos aunque en menor grado.